La evolución de la conectividad que pasa desapercibida

La evolución de la conectividad que pasa desapercibida

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La evolución de la conectividad que pasa desapercibida
Ilustración: © IoT para todos

En el panorama digital moderno, la conectividad se ha convertido en un bien que se percibe como agua del grifo. Se espera que sea ubicuo, asequible y siempre disponible.

La confianza colectiva en la conectividad acelera la transformación digital, permitiendo nuevos tipos de casos de uso que mejoran nuestro bienestar, aumentan la eficiencia e impulsan la sostenibilidad de maneras antes inimaginables.

Hoy nos encontramos en medio de una revolución de la conectividad. Uno que está cambiando drásticamente el dominio de la conectividad. Sin embargo, está oculto a la vista a medida que otras tecnologías entran en escena.

La evolución de la conectividad

El Internet de las cosas (IoT) ha transformado nuestro mundo, cerrando la brecha entre los ámbitos físico y digital. Para llegar al escenario en el que nos encontramos hoy, pasamos por tres fases distintas, cada una de las cuales marcó avances significativos en la forma en que las cosas se comunican e interactúan.

Fase 1: Cosas conectadas a redes humanas

La primera fase se remonta a los inicios del IoT. Las tecnologías 2G y 3G existentes, originalmente diseñadas para conectar personas a Internet, conectaban objetos cotidianos. Esta utilización innovadora de la tecnología existente impulsó la introducción de nuevos tipos de productos en el mercado.

Si bien muchos reconocieron el potencial del Internet de las cosas, la primera fase no trajo innovaciones revolucionarias porque los modelos de precios o la tecnología habían evolucionado para adaptarse a este uso novedoso.

Fase 2: Plataformas de gestión de la conectividad

Tecnologías LPWAN surgieron, sirviendo como catalizadores de la revolución de IoT al prometer conectividad de largo alcance, bajo consumo y bajo consumo. Los avances en la tecnología llevaron a un crecimiento constante en la cantidad de dispositivos conectados.

A medida que las cifras crecieron, los operadores sintieron una presión cada vez mayor para ofrecer servicios que se adaptaran mejor al cambiante panorama de la conectividad. Esto impulsó el desarrollo de plataformas de gestión de conectividad, diseñadas para monitorear conexiones, optimizar operaciones y facilitar implementaciones a gran escala.

A medida que la tecnología avanzaba y los precios bajaban, mercados previamente no explotados comenzaron a reconocer el valor de la IoT, especialmente en sectores como la logística, la industria y la agricultura. Sin embargo, la gente apenas ha arañado la superficie del verdadero potencial de la IoT.

Fase 3: Conectividad definida por software

Estamos entrando en la última fase: Conectividad definida por software. En la era de la digitalización, la conectividad se está abstrayendo cada vez más de la capa física.

El mercado está pasando de vender tarjetas SIM a ofrecer conectividad como un servicio escalable en la nube. Los desarrolladores reciben API, herramientas de depuración, servicios de monitoreo y otras mejores prácticas en la nube.

Esta libertad y flexibilidad permiten a las empresas integrar perfectamente la conectividad en sus aplicaciones, lo que genera casos de uso dinámicos y sofisticados con una mejor experiencia de usuario y postura de ciberseguridad. Este cambio de paradigma está transformando la industria, donde la conectividad está oculta a la vista y está integrada en el software, lo que permite nuevos casos de uso como vehículos autónomos, robots, drones y agricultura de precisión.

Evolución del Operador de Red Móvil

Tradicionalmente, los operadores de redes móviles (MNO) desempeñaban un papel fundamental en la prestación de servicios de voz, mensajes de texto y datos a los usuarios móviles. Actuando como guardianes de la conectividad, han invertido en una amplia infraestructura, como torres y estaciones base, para garantizar una cobertura de red confiable.

El control de toda la red, desde la infraestructura física hasta la prestación del servicio, permitió a los operadores móviles gestionar la calidad del servicio y establecer estructuras de precios. Sin embargo, parece que los ORM están evolucionando para adaptarse a las necesidades de los desarrolladores y responder a la evolución del mercado.

eSIM en combinación con el estándar eUICC están reemplazando constantemente a las tarjetas SIM de plástico tradicionales. Como es casi imposible desde una perspectiva operativa reemplazar las tarjetas SIM de plástico para una flota de miles de dispositivos, las empresas solían estar atadas a sus operadores de telecomunicaciones.

Esto cambió drásticamente con el surgimiento del estándar eUICC, que permite a los usuarios cambiar sus perfiles SIM con el tiempo. El cambio de operador se convirtió en un proceso digital simple que eliminó la necesidad de acceso físico a los dispositivos.

El precio de la infraestructura física ha bajado significativamente, permitiendo a las empresas comprar sus estaciones base. El núcleo digital, responsable de enrutar datos y administrar dispositivos, está disponible como producto de código abierto o SaaS.

Aunque la licencia de frecuencia para operar redes todavía requiere grandes inversiones, vemos nuevas bandas de frecuencia compartidas o sin licencia disponibles para el uso de todos (por ejemplo, CBRS).

El rápido ritmo de la globalización ha influido significativamente en la perspectiva del operador.. Hoy en día, las empresas buscan cada vez más operadores que ofrezcan acceso global y conectividad rentable, alejándose de los proveedores tradicionales vinculados localmente. Este cambio está impulsado por la creciente demanda de comunicaciones internacionales fluidas sin la carga de tarifas excesivas de roaming.

Conectividad definida por software

Los operadores se están adaptando al nuevo paradigma en el que la conectividad está virtualizada, lo que requiere la adopción de un enfoque moderno impulsado por TI. Al mismo tiempo, compañías adicionales ingresan al espacio (“operadores virtuales” o proveedores de servicios de comunicación) y ofrecen mayor flexibilidad, la capacidad de cambiar fácilmente entre operadores y API y webhooks fáciles de usar para los desarrolladores, lo que permite dispositivos conectados contextualmente conscientes que satisfacen a los desarrolladores. , TI y desafíos regulatorios.

Considere el impacto de los hiperescaladores como AWS. Allanaron el camino para que las empresas separaran los servicios de TI de las cargas de gestionar la infraestructura física.

Sin estos avances, es posible que nunca hubieran surgido aplicaciones innovadoras como Shazam, Flickr y Dropbox. Los hiperescaladores sirvieron como catalizadores para que las empresas innovadoras pudieran desarrollarse.

De manera similar, la tecnología LTE revolucionó lo que los desarrolladores de aplicaciones podían lograr. Este salto tecnológico hizo posible el surgimiento de tiendas de aplicaciones que comprenden plataformas como Instagram, Spotify y TikTok. LTE actuó como trampolín para una nueva ola de creatividad digital.

Quizás nos encontremos en una situación similar. La conectividad definida por software no se trata de resolver un problema específico, sino de habilitarlo.

Como tal, la conectividad ya no se ve como una simple capa de transporte, sino como un habilitador técnico sobre el que otros pueden construir. Estamos atravesando una revolución silenciosa en la que las API, no las SIM, son el producto principal, lo que permite a los desarrolladores crear nuevos tipos de dispositivos y aplicaciones conectados que pasan a ser el centro de atención.

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