¿Napoleón fracasó debido al clima helado o sus tropas seguían drogándose todos los días?

¿Napoleón fracasó debido al clima helado o sus tropas seguían drogándose todos los días?

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Napoleón sobre fumar marihuana y cannabis

En la obra maestra histórica de Ridley Scott, “Napoleón”, protagonizada por Joaquin Phoenix como el conquistador francés titular, se desarrolla una escena inventada cuando Napoleón ordena a sus soldados que apunten con cañones a las pirámides en los desiertos de Egipto.

A pesar de haber sido criticada por los historiadores por inexactitudes históricas, esta representación dramática es sólo un aspecto de la sensacional narración de Scott, que recuerda su trabajo en “Gladiator”, donde Phoenix también desempeñó un papel destacado.

En 1798, el ejército imperial francés, dirigido por Napoleón Bonaparte, invadió Egipto después de apoderarse del puerto mediterráneo de Malta. La invasión tenía como objetivo interrumpir las rutas comerciales entre India e Inglaterra y al mismo tiempo establecer el dominio francés en el Medio Oriente.

Curiosamente, el encuentro de Napoleón con los egipcios dio un giro inesperado, con su Los soldados desarrollan una afición por el hachís., un amor que finalmente lo llevó a prohibir la sustancia. Este incidente, sin embargo, fue sólo un episodio peculiar durante la expedición de Napoleón a Asia Menor.

Napoleón enfrentó un desafío único en Egipto, no por parte de los propios lugareños, sino por su afinidad por el hachís. En lugar de imponer las costumbres francesas, Napoleón abogó por abrazar la cultura local.

Las fuerzas francesas, incluidos académicos y científicos, bibliotecas establecidas y centros de investigación, que muestran un interés genuino en las diversas tradiciones e invenciones del mundo islámico.

Privados de sus habituales vinos y licores franceses, los soldados se adaptaron a las costumbres locales, adentrándose en el mundo del hachís.

Exploraron los cafés, mercados y salones donde prevalecía la sustancia, fomentando un intercambio cultural que contribuyó a la evolución de la perspectiva de Europa Occidental sobre el cannabis. La estrategia de Napoleón de abrazar la cultura local, a pesar del choque inicial con el hachís, añadió una dimensión única a la narrativa histórica de su campaña en Egipto.

Contrariamente a la leyenda de que Napoleón prohibió el hachís porque sus soldados estaban demasiado drogados para luchar, esta noción es tan errónea como la película de Ridley Scott. En realidad, el hachís no fue prohibido hasta después de la conclusión de la campaña, y el propio Napoleón no promulgó la prohibición sino uno de sus generales.

El objetivo principal no era salvaguardar a los ciudadanos franceses del daño percibido de la droga, sino más bien afirmar el control sobre Egipto y Siria fomentando conflictos internos entre sus habitantes.

Como lo aclara Ryan Stoa en su artículo “Una breve historia global de la guerra contra el cannabis” para The MIT Press Reader, el hachís en Egipto estaba asociado con los místicos sufíes y la élite sunita lo veía negativamente.

El general Jacques-François Menou, a quien Napoleón le encargó gobernar Egipto, vio la prohibición del hachís como una oportunidad para abordar un problema de salud pública percibido y al mismo tiempo ganarse la aprobación de sus suegros de élite suní.

La resiliencia del mercado de hachís de El Cairo

Emitido en 1800, el decreto de Menou suele considerarse la primera ley de prohibición de las drogas en el mundo moderno. Fue un mandato intransigente que prohibía por completo el cultivo, la venta y el consumo de cannabis.

A los egipcios se les prohibió fumar cannabis e incorporarlo a sus bebidas alcohólicas. El mandato advertía que quienes estaban acostumbrados a consumir este brebaje perderían la razón y sucumbirían a delirios violentos, lo que llevaría a diversos excesos.

Sin embargo, como muchos otros esfuerzos idealistas llevados a cabo por la administración de Napoleón, la prohibición resultó ineficaz. Según Stoa, el hachís siguió cultivándose, comercializándose y consumiéndose en todo Egipto, una práctica que, si los descubrimientos arqueológicos son exactos, se remonta al año 3000 a.C.

Los soldados franceses no sólo no impidieron que los egipcios consumieran hachís, sino que inadvertidamente introdujeron la sustancia en Europa occidental, lo que recuerda cómo algunos veteranos estadounidenses que regresaban de Vietnam influyeron en el consumo de cannabis en sus países de origen.

Los esfuerzos por prohibir el cannabis resultaron igualmente inútiles para los franceses, tanto en el país como en el extranjero. En París, los escritores y artistas progresistas del movimiento romántico, que rechazaban la racionalidad de la Ilustración en favor de la emoción y la espiritualidad, no sólo toleraron sino que celebraron la droga que su gobierno buscaba eliminar. Orgullosamente llamaron a su círculo intelectual el “Club des Hachichins”, traducido como “Hash-Eaters' Club” en inglés.

A pesar de la presión del gobierno, El Cairo, en Egipto, surgió como uno de los mercados de hachís más grandes del mundo. La industria del cannabis de El Cairo, superada sólo por Estambul en Turquía, prosperó hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, una serie de prohibiciones, sanciones y medidas represivas llevaron a sus organizadores a buscar una nueva base de operaciones. Migraron a lo largo de la costa del norte de África y finalmente se establecieron en Marruecos, donde persisten.

La importancia estratégica del cáñamo en las guerras napoleónicas

El hachís jugó un papel inesperado en las guerras napoleónicas, pero la planta de cáñamo fue aún más crucial. El cáñamo era capaz de transformarse en bolsas, cuerdas, cordajes, velas y otros materiales esenciales para una guerra exitosa. Mientras Napoleón marchaba con sus fuerzas hacia Moscú, el floreciente comercio entre Inglaterra y Rusia, los principales productores de cáñamo de Europa, se convirtió en una preocupación importante.

Al igual que sus esfuerzos por regular el consumo de hachís, Napoleón pretendía controlar la producción de cáñamo. En el Tratado de Paz de Tilsit, firmado en 1807 antes de que Francia invadiera Rusia, Napoleón exigió que el zar de Rusia, Alejandro I, cesara sus negocios con Gran Bretaña.

No tener tratos con Gran Bretaña significaba menos cáñamo; Menos cáñamo significaba un ejército más débil, lo que aumentaba las probabilidades de victoria. Sigue siendo una cuestión especulativa si la aceptación de estos términos por parte del zar habría llevado a Napoleón a Moscú.

Conclusión

Las narrativas entrelazadas sobre el cannabis, la resistencia cultural y las consideraciones estratégicas durante la era napoleónica brindan una visión fascinante de las complejidades de los acontecimientos históricos.

La adopción del hachís por parte del movimiento romántico en París, los resistentes mercados de hachís de El Cairo en medio de la presión gubernamental y la importancia estratégica del cáñamo en los esfuerzos militares de Napoleón pintan colectivamente un cuadro matizado de la dinámica sociocultural de la época. A pesar de los intentos de suprimir el cannabis, su presencia duradera y los cambios culturales que lo rodean subrayan las limitaciones de las prohibiciones impuestas desde arriba.

La interacción entre movimientos culturales, políticas gubernamentales y consideraciones estratégicas revela el intrincado entramado de fuerzas históricas que dan forma a la trayectoria del consumo y la producción de cannabis. Estas historias resuenan como anécdotas históricas y reflejos de los desafíos más amplios en el gobierno de las sustancias, la cultura y el comercio, con ecos que resuenan en los anales del tiempo.

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